viernes, 18 de enero de 2013

RED DAWN “Never Say Surrender” (1994)


(Texto publicado en La Olla Rock Fanzine nº: 44)

Sería verdaderamente injusto por mi parte que un disco como este no figurara en esta página, pues mas allá de analizar tal o cual LP, mi principal cometido es dar a conocer álbumes que considero esenciales en la cultura del buen melómano; y éste “Never Say Surrender” de Red Dawn, se encuentra claramente en la primeras posiciones de lo que catalogaríamos sin titubear como: “joyas básicas”/ “masterpieces”/“compra o muere”… En fin, podéis llamarlo como queráis siempre y cuando tengáis bien claro que este discazo se encuentra en ese pequeño y selecto grupo de genialidades.

Es muy fácil identificar uno de esos tesoros, lo sabrás a la primera escucha. Pongamos que estás distraído con cualquier tontería (e incluso con algo tremendamente importante), o que alguien te está hablando y de repente te das cuenta que no has entendido nada de lo que te ha dicho en los últimos seis minutos. Pues eso es cosa de la magia hipnotizante de esas músicas, de ese LP que tenías de “fondo” pero que no te permitía prestar atención a absolutamente nada más que a él, y que a través de su maravillosa y envolvente melodía cautivadora te está diciendo: Hola, soy uno de esos discos amigo/a! Y exactamente eso es lo que me sucedió la primera vez que escuché esta bendita grabación, y me consta que no soy el único, pues es bien sabido que este disco es casi como el santo grial para los mas eruditos de la escena melódico roquera.

Grabado en el avanzado año 94, pero con la clase y elegancia propias de la década ochentera; este “Never Say Surrender” sería el único legado que Red Dawn dejaría para el gozo de las generaciones venideras (a excepción de los pobres ignorantes que son capaces de vivir al margen de algo tan grande como el rock, claro). El principal artífice de esta obra fue el señor David Rosenthal, que como todos sabréis fue el teclista que llevaba Rainbow en discos históricos como “Straight Between the Eyes” o “Bent Out of Shape”, y que también formó parte de los Whitesnake de Mr. Coverdale en aquél inolvidable “Slip on the Tongue” del 89.

David se supo rodear bien, y para esta nueva aventura contó con gente como Chuck Bürgi (Rainbow) a la batería, o el mercenario del bajo, Greg Smith, que a lo largo de su carrera a formado parte de entre otros: Ted Nugent, Alice Cooper, Dokken, Rainbow, Axxis, Vinnie Moore, Blue Oyster Cult… La banda se completaba con Larry Baud, el ex vocalista de Network, otra excelente banda perdida en el olvido… y como guinda para el pastel, un guitarrista al mas puro estilo “héroe de la guitarra”: Tristan Avakian, que quizá nadie le recuerde porque se ha mantenido bastante alejado del rollo mas rock. (Como curiosidad, debéis saber que grabó un disco con Celine Dion que contiene el single que mas tiempo a permanecido en el numero uno en los USA, nada mas y nada menos que 16 semanas!).

Se dice por ahí, que en un principio el puesto de vocalista lo iba a ocupar Mitch Malloy, pero por alguna razón, al final no fue así; no obstante se debe mencionar ese detalle, pues cuatro de las diez canciones incluidas en este plástico están co-escritas por el famoso rubio. El inicial “Flyin’ High”, es un tema rompedor con un gran trabajo de teclado y guitarras y con un Larry Baud que en ocasiones puede recordarte al mejor Graham Bonnet. “Liar” es otro pelotazo extraordinario, pero mi gran debilidad de este disco siempre ha sido “Promises”, un medio tiempo de esos que cualquiera daría un brazo por componer, y que junto a la otra “lenta” del plástico, “Take these Chains”, debería hacer florecer el lado mas romántico de aquél que las escuche, aunque éste fuera mas malo que Gadafi.

En definitiva, esta joya del hard rock de los noventa no tiene ni un solo tema malo, está clarísimo que se trata de uno de esos discos extraordinarios de los que os hablaba al principio, tan solo escucha hits como “Christine” o “She’s on Fire”… ¿Aún te queda alguna duda? Quizá tengas un problema entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario