viernes, 18 de enero de 2013

DEF LEPPARD + MÖTLEY CRÜE + STEEL PANTHER – LG Arena, Birmingham (England) 6-12-11


(Texto publicado en La Olla Rock Fanzine nº: 44)

El 2011 ha sido sin lugar a dudas, un año verdaderamente prolífico en lo que respecta a extraordinarios conciertos; pero cuando los astros deciden alinearse, sucede que, incluso aunque las cosas ya vayan bien, siempre puedan acabar mejor. Una bendita fortuna que nos aguardaría en un gran viaje hacia Inglaterra que ya antes de comenzar, se presumía antológico. Cinco días por tierras británicas, mas de quinientas millas recorridas, y un buen puñado de experiencias, precedieron nuestra última parada: Birmingham.
Un fin de trayecto glorioso en el que tendríamos la oportunidad de ver en directo (y por primera vez juntos de gira), a dos gigantes del hard rock como Def Leppard y Mötley Crüe. Y abriendo cada noche, Steel Panther, una de esas bandas destinadas a asumir el reinado que quedará vacante el día que colosos como ellos falten.

Nos dirigimos al LG Arena, un gran pabellón a las afueras de la ciudad. Un lugar bonito y confortable en cuyo interior encontraríamos zonas para beber, para comer, para descansar… y hasta para jugar a los videojuegos! Aunque a mi personalmente, me bastaría con hacerme con unas patatas fritas y una buena pinta de Stella Artois.
Localizamos nuestra posición en la grada derecha y esperamos cómodamente mientras se iba llenando la pista, a que hicieran acto de presencia en el escenario los primeros californianos de la noche. Bien cierto es que en una primera impresión, uno pueda tomarse un poco a broma a estos tipos llamados Steel Panther. Quizá sea por su actitud un tanto cómica, que parece parodiar todos los clichés de la típica banda surgida en los 80’s. Mucha imagen: pelos cardados, mallas de zebra, maquillaje, chulería… pero también es cierto, que detrás de todo eso y de tal cantidad de letras cargadas de sexo y descaro, hay mucho mas que comedia. Estos tíos son una pedazo de banda de los pies a la cabeza, me daba la sensación de estar viendo a los mejores Van Halen, pues no exagero si os digo que tienen la actitud, carisma y grandeza de estos.
Debo reconocer que me impresionaron, y disfruté enormemente del poco tiempo que dispusieron, con fantásticos cortes de sus hasta ahora dos únicos álbumes. Temas como “Asian Hooker”, “Community Property” o “17 Girls in a Row”, parecen mejorar soberanamente en directo. Se despidieron con un agresivo “Death to all but Metal”, demostrando que en un futuro pueden posicionarse entre los mas grandes del panorama metálico.

Y con un público caliente y entregado, llegó el momento de que Mötley Crüe demostraran porqué tras treinta años siguen siendo uno de los principales referentes del rock duro angelino, y una enorme influencia para la mayoría de combos de perfil “sleazy” en lo largo y ancho del planeta. Hacía ya seis años de la primera y única vez que había tenido ocasión de verlos, así que tenía una gran curiosidad por ver su nuevo espectáculo. Lo primero que llama la atención es la enorme noria en la que se encuentra anclada la batería de Tommy Lee; una gigantesca estructura tras la que se sucederían proyecciones de gran impacto visual mezcladas con un llamativo juego de luces y fuego, creando momentos de mastodóntica gloria.
Abrieron con “Wild Side” y “Saints of Los Angeles”, un gran arranque al que darían continuidad con tremendos clásicos como “Live Wire” o “Shout at the devil”; todos y cada uno de los cuales fueron arremetidos de forma impecable, la espectacularidad de su puesta en escena no hacía otra cosa que engrandecerlos mas (si cabe). Una nostálgica “Home sweet home”, interpretada de forma brillante, nos presentaba a Tommy Lee al piano, solitario en el centro del pasillo que sobresale del escenario, y con todas las luces enfocando hacia sus manos… Impresionante momento visto desde las gradas! Vince Neil la cantaría a su vera para mas adelante completarla a modo eléctrico, con Lee nuevamente a las baquetas.
Un clásico imprescindible como “Looks that kill” precedería al reciente “Motherfucker of the year”, que daría paso a uno de los puntos álgidos del show: el solo de batería. Un solo que no destaco por su contenido en sí, pues tan solo se limita a recrear sencillos ritmos sobre una base discotequera (un tanto desafortunada, por cierto). La genialidad se encuentra en la alucinante noria que se pondría en marcha en ese preciso momento. Durante el trascurso del solo, el kit de batería iría dando vueltas a través del interior del enorme circulo poniendo cabeza abajo al loco de Lee, ¡menuda pasada! Pocas veces uno tiene la oportunidad de ver algo semejante. Aunque para suerte, la del privilegiado fan al que subieron para que lo viviera en sus propias carnes; un tal Tom; seguro que el tipo aún debe estar en una nube…! El tramo final nos reservaría éxitos como “Dr. Feelgood”, “Girls, Girls, Girls”, y un tema que la verdad no me esperaba: “Smoking in the boys room”. Como despedida: “Kickstart my heart”.

Y llegó la hora… Todo el mundo tiene bandas pendientes, y una de las mías estaba a punto de subirse al escenario que tenia delante de mis narices! Hace ya un buen puñado de años que Def Leppard se afincaron en los U.S.A haciendo enormes giras por allí y dejando bastante en el olvido a su publico europeo, una espina que al fin muchos lograríamos quitarnos con esta bendita gira por UK. “Undefeated”, uno de los temas inéditos incluidos en “Mirrorball”, funcionaría estupendamente como pistoletazo de salida. Pero mi adrenalina se dispararía varios niveles al escuchar “Rocket”, o su gran cover del “Action” de los Sweet. Alguna pincelada romántica con una balada como “When love and hate collide” sería también bien recibida. Y que decir de un clásico añejo como “Let it go”, o la épica “Gods of war”… Fue maravillosa la manera como unieron “Two steps behind” en formato acústico con “Bringin’ on the Heartbreak”, iniciada también “desenchufada” y finalizada a modo eléctrico, una unión que se vería completada con el instrumental “Switch 625”, donde Phil Collen y Vivian Campbell darían rienda suelta a sus guitarras, e incluso Rick Allen, con un corto pero efectivo solo de batería. “Hysteria”, “Armageddon It”, “Put some sugar on me” o “Animal” fueron varios de los clásicos que sonarían de su disco millonario en ventas del 87, dejando tan solo un tema del grandioso “Pyromania” (cosa que no me explico pues es un disco cargado de hits), ese tema sería “Photograph”.
El caso es que por mas que pasen los años, sigue siendo inconfundible el sonido pulcro y cristalino que logra crear esta banda, su personalidad siempre ha sido única; y la calidad y finura de la que han hecho gala desde sus inicios, se mantienen ahí intactas; aunque también es cierto que noté ciertas limitaciones en la voz de Joe Elliot a la hora de llegar a alguna de las notas mas agudas; pero sería un detalle irrisorio y mas bien anecdótico, pues no mermaría en absoluto, de ninguna de las maneras, la sensación de estar viviendo uno de los momentos musicales mas maravillosos y reconfortantes del año.

Así que tal y como os decía al principio: Cuando algo va bien siempre puede acabar mejor… ¿Y porqué? Creo que os haréis una idea si os digo que terminaron con “Wasted”! ¿Alguien esperaba algo parecido? Lo dudo bastante.

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