martes, 3 de agosto de 2010

LINDA GAIL LEWIS


XXII FESTIVAL INTERNACIONAL DE BLUES DE CERDANYOLA

LINDA GAIL LEWIS – 17 Octubre ’09 – Pabellón de Deportes Cerdanyola del Vallés (Barcelona)
Probablemente, de no ser por las publicidades y por el lógico y habitual bombardeo informativo previo al festival, prácticamente nadie hubiera caído en la cuenta de quien era esta mujer que ocupaba un puesto tan señalado en el cartel de la edición de este año. Pero el apellido Lewis pesa lo suficiente como para suscitar todo tipo de habladurías, y no son pocas las conjeturas desatadas, las expectativas creadas o incluso los debates planteados por el único y exclusivo hecho de ser “la hermana de…”, como si tuviera que demostrar algo a estas alturas. Ya sé que su hermano mayor es Jerry Lee Lewis, “The Killer”, una leyenda inmortal del rock and roll, y que inevitablemente ella siempre estará tras la sombra de ese mito, pero nadie debería pasar por alto algo como que Linda Gail lleva ya más de 45 años en esto de la música, y no nos engañemos, eso no es nada fácil!
Así que la eterna pregunta siempre será: ¿Tener un parentesco con una grandísima estrella del R&R y tener la valentía de dedicarse a lo mismo, es una ventaja o es un inconveniente? Me temo que dejaré abierto el interrogante, pues dudo que jamás lleguemos a ponernos de acuerdo…
En cualquier caso, si hay algo que tenía bien claro es que ésta era una oportunidad que debía de aprovechar. No me gusta dejar escapar los trenes, y menos uno como éste, con una locomotora al frente de primerísima clase, y con suficiente carbón en su caldera como para arrastrar al infinito unos vagones cargados de puro y visceral rock and roll; un exquisito cóctel fruto de la mezcla junto al más genuino Boogie Woogie.
Procedente de Louisiana, y con destino a Memphis (Tennessee), el tren en esta ocasión haría parada en Cerdanyola, y creedme si os digo, que a su paso dejaría un inconfundible sabor y un particular aroma: el de las raíces de América.
A modo de cuarteto, acompañada por su banda “Some Like It Hot”, apareció en el escenario sobre las 22:15, y tras un efusivo “Hola!”, procedió a su incendiaria descarga, iniciando con un enérgico “Boogie Woogie Country Girl From Tennessee”, que le sirvió para que aquellos que no la conocían de nada se hicieran una idea de lo que iban a tener la suerte de presenciar. Algo que les quedaría ya totalmente claro en el segundo tema, pues arremetieron con un clásico de Chuck Berry como “Roll Over Beethoven”, impresionante.
No hay duda de que Linda salió a por todas, a demostrar lo que mejor sabe hacer, contagiando con su bailable y festivo repertorio incluso al más escéptico de los allí presentes. Un derroche de vitalidad y alegría que transmitía con una pasmosa facilidad a través de su inalterable sonrisa, sin bajar la guardia ni un solo segundo, apoyándose en fabulosas canciones como “Big Black Cadillac”, “You Can Have My Husband” (que dedicó a las mujeres del público), o ese “Let’s Talk About Us” de su hermano Jerry, un éxito que recuperó no hace demasiado para aquel disco grabado conjuntamente con Van Morrison.
Los menos familiarizados a su catálogo reaccionaban especialmente con las piezas más populares, como por ejemplo el “Good Golly Miss Molly” del gran Little Richard, versionada hasta la saciedad; o como no, con un himno de los cincuenta como “Blue Suede Shoes” de Carl Perkins, que conjuntamente al famosísimo “All Shook Up” dedicaría a los fans de Elvis (y por allí había unos cuantos).
Las manos de Linda realmente parecían poseídas por el diablo, pulsando incesantemente las teclas de su instrumento con una intensidad propia de la sangre que recorre sus venas. Demostraría tener buena técnica, mucho “feeling”, y extraordinaria precisión, así como una buena dosis de locura; sin olvidarnos de su cálida y bonita voz, con la profundidad del sur, y que manejaba a su antojo cantando a la perfección, a un muy alto nivel. Eso sí, siempre desde el corazón, pues esas cosas se notan… es más, estoy seguro de que le bombea a 33 rpm!
Los grandes éxitos de la edad dorada del rock and roll se sucedieron con habilidad y dinamismo, haciendo bailar y disfrutar a un público que la verdad no tardó en meterse en el bolsillo, e interpretaciones pasionales de hits de la talla de “Johnny B. Good” o “Long Tall Sally” fueron buena prueba de ello.
Y por si fuera poco, la última parte del show ya sería realmente monumental, atacando maravillas como “High School Confidential”, un tema sensacional del interminable cancionero del “Killer”, por no hablar de “Whole Lotta Shakin’ Goin On”, que fuera censurado en su época debido a su alto contenido sexual, y que aquí le valiera a Linda para descargar toda su adrenalina y mostrar el talento propio de la estirpe de la que procede. Se pelearía sobre las teclas como un animal salvaje, tocando como loca, incluso con el pie, algo que también heredó de su hermano y que haría enloquecer más si cabe a un público que se mostraba cada vez más entusiasta, ovacionando y aclamando constantemente a la americana.
El inmortal “Great Balls Of Fire” sería su despedida a lo grande, con una puesta en escena salvaje y letal. De hecho, tan sólo le faltó prender fuego al teclado, aunque lo cierto es que eso resultaba más espectacular en los 50’s… y por supuesto mucho mejor con un piano de cola, claro!
Así que sin más, cogió su bolso (toda la noche dispuesto junto a sus pies), y se marchó agradecida. Aunque lógicamente volvería a salir por petición de un público entregado, emocionado y feliz.
Y sin separarse del mencionado bolso (que de nuevo depositaría junto al teclado), nos regaló una final y estupenda “Have A Party”. Un título muy acertado ya que además define con absoluta exactitud y claridad la experiencia que vivimos esa noche en Cerdanyola; porque aquello fue una gran fiesta… Y nada más y nada menos que con Linda Gail Lewis como anfitriona de honor! Lo cual es todo un privilegio, pues ella es, sin duda, la gran dama del R&R.
Xavi Méndez

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