martes, 3 de agosto de 2010
STRATOVARIUS – 17/01/10 – Razzmatazz 2 (Barcelona)
Originalmente programados para la sala grande, los finlandeses serían reubicados a última hora en la mediana Razzmatazz 2, pero aún así no lograron llenarla ni de lejos. Parece ser que Stratovarius han perdido en los últimos años buena parte de sus seguidores, un público por lo general de un perfil muy joven, que cuando se aburre de su banda de cabecera... se olvida, ¡y si te he visto no me acuerdo! Afortunadamente aún quedamos muchos de los fans de siempre, que si bien es cierto que ya no le seguimos la pista al grupo con demasiada asiduidad, sí que continuamos disfrutando con su música en vivo, rememorando lo que hoy son ya sus clásicos, pero que en otro tiempo formaron parte de la banda sonora de nuestras vidas, como muchos otros grupos cuando eres un adolescente. Marcaron su sello a fuego en nuestras frágiles y manipulables mentes, y ya por más que queramos no conseguiremos borrarlo jamás! Si no, ¿de qué iba yo a acordarme de la primera vez que los escuché en la radio? De eso hace cerca de 15 años…
Para cuando llegamos al recinto los también nórdicos y jovencísimos Trace Down ya habían tocado, por lo que no pudimos ver absolutamente nada de estos chavales!
De los que sí podemos dar buena cuenta es de los alemanes Mystic Prophecy, que descargaron su arrollador Power Metal de influencias Trash y Heavy durante unos muy bien aprovechados tres cuartos de hora. En la primera época de este grupo había militado el genial guitarrista Gus G. (Firewind, Dream Evil…) y hoy día cuentan ya con nada menos que seis discos, de los que nos deleitaron con algunos punzantes y salvajes cortes como “We Kill You Die” o “To The Devil I Pray”. Su cover del “Paranoid” contenido en el explosivo “Satanic Curses”, les serviría de despedida, dejándonos un muy buen sabor de boca.
Conocidos por muchos como “La banda de los timos” por la presencia de Timo Kotipelto y Timo Tolkki, la marcha de éste último ha convertido ahora a Stratovarius en “la banda del timo”, en singular, palabra que para algunos define con certeza el actual estado vocal del cantante, aunque yo he de romper una lanza a su favor diciendo que estuvo a la altura de las circunstancias.
La inquietante introducción de “Destiny” daría paso a ese temazo que abría su séptimo y laureado álbum de igual nombre.
“Hunting High And Low”, “Speed Of Light” y “Kiss Of Judas”, una detrás de otra fueron buena prueba de su buen estado de forma y sobretodo de la confianza que ponen en esta nueva formación a la que además de los habituales Jens Johansson y Jorg Michael se suman Lauri Porra al bajo y Matias Kupiainen a la guitarra, que cumplen con creces las expectativas llenando el vacío de Kainulainen y Tolkki respectivamente.
“Deep Unknown”, el tema de apertura de su reciente y nuevo álbum “Polaris”, sería la primera de las tres únicas nuevas canciones que interpretaron. Y a ésta la siguió “A Million Light Years Away”, una de mis favoritas del fabuloso “Infinite”.
Y tras los correspondientes solos de rigor (muestra de virtuosismo, técnica, y velocidad), así como de algún otro clásico necesario como “Phoenix”, al fin yo tendría la ocasión de poder retroceder hasta mi más tierna adolescencia a través de “Against The Wind”, del excelente “Fourth Dimension” del 95, ¡qué recuerdos! Lástima que fuera la única de aquel brillante LP que se dignaron a incluir en el set list…
Para terminar, se despidieron con “Eagleheart”, aunque el reclamo de sus incondicionales les devolvería al escenario para rematar la noche con tres bises.
Pisaron un poco el freno con la baladita “Forever”, emotiva y coreada por todos, pero nos devolvieron la energía gracias a unas inmortales “Father Time” y “Black Diamond”; unos temas que irían de lujo para ponerle una enorme guinda al pastel… sólo que en esta ocasión y a diferencia de lo acostumbrado, el pastel se repartió entre menos comensales, pero ¿sabéis qué? nos fue de buen provecho.
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