sábado, 16 de enero de 2010

DEEP PURPLE – Sant Jordi Club (Barcelona) 14 Setiembre 09


(Texto publicado en La Olla Rock Magazine n:40)

Quizá debamos admitir que Deep Purple hoy por hoy, se han convertido en una más de esas grandes bandas sobradamente consagradas, que por mal que nos sepa, y a pesar de su indiscutible calidad, trayectoria y legado, tienen que conformarse con llenar a duras penas, recintos con un aforo cada día más reducido. En las dos últimas ocasiones que estuvieron por aquí, los vimos en el pabellón de la Vall d’ Hebron, un lugar con una capacidad que prácticamente dobla a la ofrecida en este recién inaugurado espacio musical, el Sant Jordi Club. Sin embargo (y no entiendo muy bien porque…), en Madrid tocarían en el Palacio Vistalegre, que prácticamente triplica el público hasta 15000 personas!! Pero no, no… no nos emocionemos, pues eso no sería ni de lejos lo que allí se encontraron, tristemente tan sólo lograron congregar a cerca de 2000. Desalentador.

Independientemente de todo eso, sobra decir que eran muchas las ganas de volver a ver a estos veteranos del rock duro. Hay que recalcar que la gira que nos los ha vuelto a traer, es exactamente la misma que la de hace tres años, presentándonos de nuevo su último álbum hasta la fecha, “Rapture Of The Deep”. La única novedad ha sido la publicación de una reedición del disco en formato doble en el que se incluyen algunos extras, rarezas y temas en vivo.

Comenzarían, como viene siendo habitual, con “Highway Star”, el perfecto inicio para mostrar el potencial que todavía alberga la leyenda inglesa (que no es poco). Y justo después, se atreverían con una de las inéditas, “Things I Never Said”, lógicamente desconocida por una gran mayoría.

Otra joya del calibre de “Strange Kind Of Woman” nos pondría las pilas como es debido, y es que las buenas canciones no tienen fecha de caducidad. Además, ésta es una de esas que le van estupendas a Ian Gillan para no sobrecargar sus cuerdas vocales, que mal que nos pese, ya no son las de sus años mozos.
El tema título del “nuevo” disco sería la siguiente. Para mí, ésta es sin duda una de las más interesantes de las de la última hornada, o por lo menos, a mi juicio la que mejor recupera el estilo del aún añorado por muchos, Richie Blackmore.

Recuperarían también un viejo éxito como “Fireball”, que entusiasmó especialmente a los fans más acérrimos. La verdad es que nunca ha sido uno de sus clásicos más sonados, por lo que el que rescaten este tipo de canciones es muy de agradecer.

Siempre he pensado que Steve Morse es un guitarrista verdaderamente excepcional, y sobra decir que su trabajo junto a la banda merece atención y respeto. Atención porque goza de una técnica fabulosa y una sobrada sensibilidad, y respeto porque lejos de querer copiar a su antecesor, cuida todos y cada uno de los detalles que acercan al público al recuerdo del inigualable “hombre de negro”, al mismo tiempo que aporta su propia personalidad y carisma.

Precisamente, uno de los grandes momentos de la noche fue cuando interpretaron “Contact Lost”, unida a la genial “Sometimes I Feel Like Screaming” y a “The Well-dressed Guitar”, una buena muestra del innegable y desbordante talento de Morse, que por otro lado, y a diferencia (otra más) de Richie B., siempre se muestra sonriente.
Hubo lugar para todo, “Wring That Neck”, “The Battle Rages On”… o una maravillosa “Perfect Strangers”, todo un himno, y una de sus más populares y adoradas composiciones. Incluso se atrevieron con “Space Truckin’’, donde noté a un Gillan algo más flojo (me refiero tan sólo a la parte de los agudos imposibles que antaño le caracterizaran). Eso sí, salvando esas puntualidades, admito que el hombre estuvo a la altura de las circunstancias; no olvidemos que tiene 63 años!

El tema del riff más famoso de todos los tiempos, “Smoke On The Water”, lógicamente no podía faltar, y de hecho les sirvió para despedirse momentáneamente. Pero volvieron rápidamente, y lo hicieron con una recta final alucinante. La heavy y veloz “Speed King”, les valió para introducir un curioso metley de estándares del rock ‘n’ roll, así como los solos de Roger Glover, Ian Paice y demás devaneos instrumentales por parte de todos los miembros de la banda.

Y para terminar, su primer hit “Hush” y “Black Night”, que es uno de sus temas más sencillos, pero que por alguna razón siempre consigue hacer saltar y enloquecer a todos sus fans, creando un ambiente alegre y festivo; y lo cierto es que a esas alturas de la noche, sentíamos todos una especie de simbiosis con el grupo, algo parecido a entrar en una clase de mágica comunión… como de sumergirte en un mismo sentimiento, en las profundidades de la leyenda púrpura, en las entrañas del mito.

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