sábado, 16 de enero de 2010

STATUS QUO – 6 Septiembre 09 - Sala Razzmatazz (Bcn)


(Texto publicado en La Olla Rock Magazine n:40)

La visita de una de las formaciones de rock más longevas surgidas en Gran Bretaña, es siempre sinónimo de alegría para todos aquellos que vibramos con el clasicismo enérgico y festivo del que hacen gala estos ingleses desde hace más de cuatro décadas. Su Boogie-Rock tan característico, es ya a estas alturas todo un sello de identidad para una banda que a pesar de haber vendido millones de álbumes, obtenido discos de oro, plata, platino, multi-platino, e inundado las ondas radiofónicas de éxitos… por alguna extraña razón, y a diferencia de otras grandes bandas como los Stones o AC/DC…, jamás han logrado congregar a un público excesivamente numeroso. Pero lo cierto es que eso no importa, porque siempre han gozado de un merecido respeto, incluso por parte de quienes no los han seguido nunca.

Para mi no hay duda de que en el olimpo de las estrellas del Rock tienen su sitio bien reservado hace ya un montón de años, y creedme que ahí entrarán con pase V.I.P., (el mismito que les darán a Jagger & Richards o a los hermanos Young…), que os quede bien claro!

La sala no estaba llena en absoluto, de hecho ni siquiera se llego a abrir la parte de arriba, aunque eso sí, todos los que allí estábamos ansiábamos enormemente el momento de presenciar en el escenario a dos de los mas entrañables compañeros de viaje que a dado el Rock’n’Roll: Francis Rossi y Rick Parfitt, un dúo como pocos dudo lleguen ya a verse.
Para este “40 Years Of Hits Tour”, irían secundados por (un de sobras consagrado) Andrew Bown, con nada más y nada menos que 33 años de antigüedad desde su debut en aquel lejano Blue for You del 76; Sin olvidarnos de la buena labor del también veterano “Rhino” Edwards, así como del nuevo baterista Matt Letley (de 48 añitos), el “niño” del grupo!

Abrirían con “Caroline”, un verdadero clásico de los Quo, de esos que contagian al segundo gracias a un fabuloso estribillo y a sus fácilmente tarareables melodías. Y tras ella, dos joyas exquisitas de valor incalculable como “The Wanderer” y “Rain”; ante semejante comienzo, uno no puede hacer otra cosa que reverenciar a las leyendas y prometerles fidelidad eterna! Y más aún cuando nos inundan los oídos de temas inmortales que se suceden uno tras otro con esa clase que pocos tienen, y esa caña que muchos quisieran…
Después de algún que otro éxito más como “Don’t drive my car” o “Mean girl”, le dejarían un pequeño hueco a un tema de reciente factura como “Beginning of the end”, de su último álbum de estudio, “Still in search of the fourth chord”. Pues bien, yo no sé si habrán encontrado o no el cuarto acorde… lo que sí sé es que con los otros tres se apañan muy bien!

Para dar cabida a tantas buenas canciones acumuladas en su haber, también estuvo muy bien la idea de meter algunas de ellas en un interesante metley, dónde entre otras, lo gozamos con “What you’re proposing”, o la extraordinaria “Big fat mama”. Estos tipos tienen cuerda para rato, no hay más que verlos, muestran más actitud y fuerza que muchos jovenzuelos… (de esos que se creen los reyes del mundo!) Porque los refranes nunca mienten, y la experiencia es un grado, así como es bien cierto que más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Pues bien, en el medio tiempo “Living on an island”, sería el señor Parfitt quien se haría cargo del micro, aunque hay que resaltar que en esta banda quien lleva mas peso en escena es Francis Rossi, que demostró ser un auténtico “showman”, pues no paró de gesticular y bromear con el público a lo largo de toda la noche. Aunque se haya cortado la coleta sigue siendo el mismo alocado mozo de antaño.

Uno de los momentos cumbre llegó con “In the army now”, probablemente su mayor éxito en la radio, y cuyo estribillo sería coreado por todas y cada una de las gargantas allí presentes.
El “chico nuevo” tendría también su momento de gloria, su solo de batería, potente y efectivo, serviría para introducir la recta final del set, con delicias como “Roll over lay down” o “Down Down”, y que viva la redundancia!

Y ya como colofón, un himno como “Whatever you want”, porque ¿¿quién no ha canturreado alguna vez su famoso riff?? Y como no, “Rockin’ all over the World”, la tremenda composición de Fogerty popularizada por los Quo hace ya unos añitos…
Aunque para terminar realizaron un último metley, pero esta vez compuesto por clásicos del rock’n’roll como el “Junior’s wailing” de Steamhammer o el “Bye bye Johnny” del maestro Chuck Berry.

Fue muy divertido algo que pasó en este último tramo del show, cuando Francis Rossi, al ver a un tipo entre el público comiendo un frankfurt, hizo señas como de que él también quería comer, e inmediatamente después empezaron a lloverle salchichas y golosinas que el tío no dudo en recoger y comerse tanto en el aire como en el suelo, todo ello sin parar de tocar y mostrando que su sentido del humor es directamente proporcional a su increíble talento.

Ojalá fuera posible celebrar cuarenta años más de rock y diversión con Status Quo, porque el día que no estén, estoy bien seguro de que todos, absolutamente todos, los echaremos en falta.

SAXON – 4 Octubre – Razzmatazz 2 (Barcelona)


(Texto publicado en La Olla Rock Magazine n:40)

Podemos considerarnos afortunados por vivir en una gran ciudad como Barcelona, pues gracias a eso gozamos de una bendita suerte que nos permite disfrutar constantemente de maravillosos conciertos, a muchos de los cuales, incluso nos permitimos el “lujo” de no ir. Pero es que a veces no nos queda otra que dejar pasar alguno, y sí, ya sé que es muy duro, pero es precisamente esa misma afluencia de grandes bandas la que nos hace agotar poco a poco nuestro (habitualmente escaso) presupuesto mensual… Así que desde estas páginas quiero aprovechar para pedir perdón, por todos aquellos grandes grupos a los que no pude ver, por todo lo que me perdí, para todos los que desgraciadamente y sin querer, coincidieron algún día en mi cuenta corriente con esos malditos números del color de las amapolas, ¿sabéis de lo que hablo verdad?
Dicho esto, sobra decir que asistir a una visita a primeros de mes de una formación tan básica y sagrada en el Heavy Metal como Saxon, es algo absolutamente obligatorio para cualquier “metalhead”.

Pues bien, con una puntualidad británica, y sin teloneros, a las nueve en punto daba comienzo el espectáculo ante una sala repleta hasta arriba. “Batallions Of Steel”, de su último álbum “Into The Labyrinth”, sería el primer tema de la noche. Y ya con esta primera toma de contacto me bastó para imaginar lo que nos esperaba, una buena dosis de verdadero y salvaje metal, sin duda la mejor manera de disfrutar de un domingo que se me ocurre.
Clásicos como “Heavy Metal Thunder”, o “Power And The Glory”, se enlazarían de maravilla con cortes de reciente factura como por ejemplo “Witchfinder General”, demostrando así como gana en vivo el material nuevo, y sobretodo, el poder que desprende el grupo sobre el escenario.

Uno de los momentos mas entrañables para algunos, llegó cuando les dio por recuperar un olvidado “Broken Heroes”, perteneciente a su tristemente infravalorado “Innocence Is No Excuse” del 85, disco del que rara vez ofrecen algo en directo.
Lógicamente, al tratarse de una gira que conmemora su treinta aniversario no podían faltar joyas como “747 (Strangers in the night)”, “Never Surrender”, o una que siempre me hace agarrar casi sin darme cuenta mi “Air guitar” como poseído por el diablo, “And The Bands Played On”.
Quizá una de las más actuales pero con ese sabor añejo único a Saxon, sea “Let Me Feel Your Power”, fabulosa para descargar adrenalina junto a esa masa loca de seguidores hasta la muerte con la que cuenta el combo británico. Unos fans que sudan la camiseta, saltan, gritan, y corean todas y cada una de las canciones mostrando auténtica devoción por los chicos de “Biff” Byford.
Es por eso que recibirían exactamente las mismas ovaciones temas como “Wheels Of Steel” o la recién salida del horno “Live To Rock”.

Gracioso fue el momento cuando el público pidió que interpretaran “Crusader”, y Biff dijo: “…Vale, pero una más primero, vamos a tocar un tema nuevo, del próximo disco, una que aún nunca habéis escuchado…”. Y acto seguido arremetieron con un arrollador “Motorcycle Man” (jeje… el famoso humor inglés), increíble!
Como lo prometido es deuda, la siguiente sería “Crusader”, un tema que por alguna razón se ha convertido en el favorito para muchos de sus fieles, un himno del Heavy Metal anglosajón que enloquecería más, si cabe, a una multitud dispuesta a todo por rendir culto a sus dioses.

Y acercándonos ya al final, volvimos a sorprendernos, pues regalarían a nuestros oídos un tema como “Rock’n’roll Gypsy”, del anteriormente mencionado álbum del 85. Todo un detalle que nos brindasen la oportunidad de degustar piezas de esa categoría, precisamente en el marco de su aniversario, y es que es muy difícil elegir un repertorio entre tantísimos (y tan buenos) discos con los que cuentan en su extensa
discografía.

Dos temas más de su adorado cuarto plástico les valieron para terminar con honores una actuación brillante; el que diera título a aquella magna obra, “Denim And Leather” y “Princess Of The Night”, que recordemos que abría ese magnífico LP en 1981, y ahora ya en el 2009, cerraba una (no menos) magnífica noche.

Sin duda Saxon merecieron cada céntimo de €uro invertido, pero yo por si acaso creo que empezaré a ahorrar, no vaya ser que la próxima vez nos pille a final de mes! Aunque… ¿sabéis que?, por Saxon si hace falta atracaré la panadería… (pero que quede entre nosotros).

DEEP PURPLE – Sant Jordi Club (Barcelona) 14 Setiembre 09


(Texto publicado en La Olla Rock Magazine n:40)

Quizá debamos admitir que Deep Purple hoy por hoy, se han convertido en una más de esas grandes bandas sobradamente consagradas, que por mal que nos sepa, y a pesar de su indiscutible calidad, trayectoria y legado, tienen que conformarse con llenar a duras penas, recintos con un aforo cada día más reducido. En las dos últimas ocasiones que estuvieron por aquí, los vimos en el pabellón de la Vall d’ Hebron, un lugar con una capacidad que prácticamente dobla a la ofrecida en este recién inaugurado espacio musical, el Sant Jordi Club. Sin embargo (y no entiendo muy bien porque…), en Madrid tocarían en el Palacio Vistalegre, que prácticamente triplica el público hasta 15000 personas!! Pero no, no… no nos emocionemos, pues eso no sería ni de lejos lo que allí se encontraron, tristemente tan sólo lograron congregar a cerca de 2000. Desalentador.

Independientemente de todo eso, sobra decir que eran muchas las ganas de volver a ver a estos veteranos del rock duro. Hay que recalcar que la gira que nos los ha vuelto a traer, es exactamente la misma que la de hace tres años, presentándonos de nuevo su último álbum hasta la fecha, “Rapture Of The Deep”. La única novedad ha sido la publicación de una reedición del disco en formato doble en el que se incluyen algunos extras, rarezas y temas en vivo.

Comenzarían, como viene siendo habitual, con “Highway Star”, el perfecto inicio para mostrar el potencial que todavía alberga la leyenda inglesa (que no es poco). Y justo después, se atreverían con una de las inéditas, “Things I Never Said”, lógicamente desconocida por una gran mayoría.

Otra joya del calibre de “Strange Kind Of Woman” nos pondría las pilas como es debido, y es que las buenas canciones no tienen fecha de caducidad. Además, ésta es una de esas que le van estupendas a Ian Gillan para no sobrecargar sus cuerdas vocales, que mal que nos pese, ya no son las de sus años mozos.
El tema título del “nuevo” disco sería la siguiente. Para mí, ésta es sin duda una de las más interesantes de las de la última hornada, o por lo menos, a mi juicio la que mejor recupera el estilo del aún añorado por muchos, Richie Blackmore.

Recuperarían también un viejo éxito como “Fireball”, que entusiasmó especialmente a los fans más acérrimos. La verdad es que nunca ha sido uno de sus clásicos más sonados, por lo que el que rescaten este tipo de canciones es muy de agradecer.

Siempre he pensado que Steve Morse es un guitarrista verdaderamente excepcional, y sobra decir que su trabajo junto a la banda merece atención y respeto. Atención porque goza de una técnica fabulosa y una sobrada sensibilidad, y respeto porque lejos de querer copiar a su antecesor, cuida todos y cada uno de los detalles que acercan al público al recuerdo del inigualable “hombre de negro”, al mismo tiempo que aporta su propia personalidad y carisma.

Precisamente, uno de los grandes momentos de la noche fue cuando interpretaron “Contact Lost”, unida a la genial “Sometimes I Feel Like Screaming” y a “The Well-dressed Guitar”, una buena muestra del innegable y desbordante talento de Morse, que por otro lado, y a diferencia (otra más) de Richie B., siempre se muestra sonriente.
Hubo lugar para todo, “Wring That Neck”, “The Battle Rages On”… o una maravillosa “Perfect Strangers”, todo un himno, y una de sus más populares y adoradas composiciones. Incluso se atrevieron con “Space Truckin’’, donde noté a un Gillan algo más flojo (me refiero tan sólo a la parte de los agudos imposibles que antaño le caracterizaran). Eso sí, salvando esas puntualidades, admito que el hombre estuvo a la altura de las circunstancias; no olvidemos que tiene 63 años!

El tema del riff más famoso de todos los tiempos, “Smoke On The Water”, lógicamente no podía faltar, y de hecho les sirvió para despedirse momentáneamente. Pero volvieron rápidamente, y lo hicieron con una recta final alucinante. La heavy y veloz “Speed King”, les valió para introducir un curioso metley de estándares del rock ‘n’ roll, así como los solos de Roger Glover, Ian Paice y demás devaneos instrumentales por parte de todos los miembros de la banda.

Y para terminar, su primer hit “Hush” y “Black Night”, que es uno de sus temas más sencillos, pero que por alguna razón siempre consigue hacer saltar y enloquecer a todos sus fans, creando un ambiente alegre y festivo; y lo cierto es que a esas alturas de la noche, sentíamos todos una especie de simbiosis con el grupo, algo parecido a entrar en una clase de mágica comunión… como de sumergirte en un mismo sentimiento, en las profundidades de la leyenda púrpura, en las entrañas del mito.

KARO – Heavy Birthday (1988)


(Texto publicado en La Olla Rock Magazine n:40)

Ante la recurrente y poco original pregunta de: ¿Si sólo pudieras llevarte cinco cosas a una isla desierta, cuales serían? Me temo que mi respuesta podría ser la siguiente: Me llevaría este maravilloso “Heavy Birthday” de los grandísimos Karo! Y en cuanto me replicaran… pero, ¿y las otras cuatro? Yo les diría: pues cuatro copias más del mismo disco para cuando éste se me ralle!

Y ¿por qué iba yo a quedarme tan ancho tras semejantes declaraciones? Pues básicamente porque tengo total seguridad de que éste es uno de los mejores y más valiosos tesoros que afloran en mi preciada colección discográfica.

La reciente reedición en CD de esta joya es un regalo impagable para cualquiera que se diga amante del A.O.R/Hard-Rock más elegante y fino, con ese inconfundible sabor a 80’s, plagado de colchones de teclado y melodías de ensueño. El LP, descatalogado hace “siglos”, llegó a convertirse en una cotizada pieza buscada hasta la saciedad por los melómanos más exquisitos, conocedores de su valía e importancia. Afortunadamente ahora está al alcance de todos.

El grupo procedía de Berlín (Alemania), y la verdad, poco más se sabe, pues tan sólo llegaron a grabar este “Heavy Birthday” en 1988, su primera, última y (por lo tanto) única referencia. Así que se podría decir que aparecieron como de la nada y se esfumaron casi sin dejar rastro. De hecho, sobre el pasado de los miembros de la banda existe poquísima información. En un tremendo trabajo de rastreo en la red lo único que he podido averiguar es que el teclista “Karo” Straub (cuyo alias diera nombre al conjunto), y el batería Ronald Bosien (Ex-ZARATHUSTRA), procedían de MORGENROT, un combo berlinés que llegó a grabar 3 Lp’s entre 1979 y 1982. En aquella primerísima época, Karo aún utilizaba su verdadero nombre: Hans-Jürgen Straub. Lo curioso es que aquel proyecto volvería a estar de actualidad como quince años más adelante, pues se reunieron en 1996, registrando el directo “Live in Berlin” (97).

Pues bien, volviendo al disco en cuestión, otro que también cambió de nombre, sólo que éste lo hizo “a posteriori”, sería el vocalista Lutz Salzwedel, que quizá por lo impronunciable del nombrecito, o buscando cierta comercialidad, optó por hacerse llamar Dan Lucas. Y rebautizado de esa forma iniciaría su carrera en solitario grabando su primer álbum, “Canadá” en 1992, a día de hoy considerado como una auténtica maravilla del A.O.R.

Sin embargo, de Dieter Seeburg (bajista), y de Erich Holstein (guitarrista), no he sido capaz de encontrar absolutamente nada! Ni de lo que hicieron antes de Karo ni de lo que hicieron después. Lo cierto es que algunos indicios me han apuntado a la muerte de Erich, aunque no podría confirmarlo con total seguridad.

Otro de los curiosos misterios que me inquietan, es que tanto en la foto del disco como en las poquísimas fotos promocionales existentes tan sólo figuran cuatro personas, y el grupo lo forman cinco! Desconozco quien es el miembro ausente en esas instantáneas, así como tampoco se quien diablos es “Roy Dean Brown”, autor de todas las letras de las canciones que se incluyen en el plástico. Supongo que debió ser un escritor habitual de la zona, ya que también es conocida su colaboración con los vecinos CHARN para su “Blasts Off” (94), aunque salvando esto, poca cosa más.

El álbum está producido por Peter Hauke (Craaft, White Lion…), exceptuando tres cortes, en los que contaron con Tonny Platt (Lillian Axe, Jeff Paris…), y a decir verdad, menudas tres maravillas…! Dos extraordinarias gemas como “Wanna Be Loved”, y “One Of A Kind”, y una pieza magistral como “Sister, Sister”, que pudo haber sido el single perfecto y cuyas estrofas recuerdan ligeramente a los Survivor de la época “Vital Signs/When Seconds Count”.

Aunque la cosa no se queda ahí, pues todos estos temas son dignos de estudio, perfectos, y merecerían recibir el tratamiento que reciben los grandes clásicos. Jamás deberían permanecer en el olvido, y ni mucho menos en la exclusiva memoria de cuatro privilegiados gatos. Es por ello que me niego a que delicias como “Nobody’s Fool”, “Cold Shoulder”, o “Ball Of Fire” (que debieron haber sido grandísimos éxitos), continúen siendo rarezas.

Quizá por el acento alemán, o por la producción de Peter, se les suele comparar a menudo con sus contemporáneos y paisanos Craaft, con los que ciertamente guardan ciertas similitudes. Aunque esos paralelismos con grupos afines son puntuales, y no representan en absoluto ninguna falta de personalidad. Es más, estos tíos andaban sobrados de todo, de calidad, talento, fuerza, actitud… Tenían todo lo que hay que tener, buenas canciones, una buena imagen, un sonido cristalino, y la mejor época para promocionar un debut de este nivel, calibre y altura.
Es verdad que por otro lado la competencia también era mayor, yo eso no lo discuto, pero… ¿que queréis que os diga? Esto es una OBRA MAESTRA.